SÍNTESIS DE LA PONENCIA PARA EL XIII ENCUENTRO FILOSÓFICO-GASTRONÓMICO
EL PESIMISMO EN LA FILOSOFÍA O ¿POR QUÉ NADIE DEBERÍA SER FILÓSOFO?
El pesimismo no es un simple estado de ánimo. La antinomia
pesimismo/optimismo se refiere a estados de ánimo, y dejamos que sean los
psicólogos quienes lo traten. El pesimismo es una actitud, la única racional
posible, y a la que no encontramos alternativa. Pesimismo metafísico y social
se reducen al antropológico, porque el único ser que nos interesa es el ser
humano concreto. El problema del mal o la sociedad negativamente considerada,
son temas que quedan incluidos en el pesimismo antropológico. Éste se fundamenta
en una concepción del ser humano sin posible explicación de si mismo, una
existencia sin sentido, desesperado en la angustia de su libertad, ante la
perspectiva de la nada y la muerte.
La filosofía profesional no resuelve nada, más bien agrava esta
consideración angustiosa de la vida. Proponemos la superación o integración el
pesimismo, en un modo de trascendencia, un salir de uno mismo, un escapar del
egoísmo que está en la base del pesimismo Este modo de trascendencia, de
elevarse sobre el sinsentido, no es religioso o teológico necesariamente. Es la
entrega a los demás. Entregarse al otro, escucharle mirándole a los ojos, para
olvidarse de uno mismo.
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